La jueza de Familia de Segunda Nominación, notificó por whatsapp al demandado la sentencia en la que fijó una cuota alimentaria, sentando así un importante precedente judicial con perspectiva de género y de niñez. La novedosa medida se tomó en virtud del desconocimiento, por parte del Tribunal, del domicilio del demandado ya que la vivienda que fuera sede del hogar conyugal era alquilada y solo constaba un número de teléfono y un domicilio laboral en otra provincia. Con el objetivo de ponderar el deber elemental de los progenitores de cumplir con su obligación alimentaria y no dilatar el proceso, la jueza decidió utilizar los medios tecnológicos que se tienen a disposición para llevar a cabo la notificación de la sentencia. La magistrada señaló que tanto la doctrina como la jurisprudencia nacional vienen expidiéndose a favor de la notificación mediante medios tecnológicos (como mensaje de WhatsApp o email), a pesar de no estar regulada en los Códigos Procesales, ya que “es válida a tenor del principio de instrumentalidad de las formas, según el cual los actos procesales son válidos y eficaces”. En este sentido la resolución tuvo su fundamento en base a que “las formas procesales no tienen un fin meramente solemne, sino que tienden a lograr la eficacia del acto procesal que instrumentan. Ergo, si dicha eficacia se puede lograr por otra vía formal, aunque no esté regulada, pero sea ordenada por el juez/a, el acto es válido y produce sus efectos normales. Como todo acto procesal, la notificación debe acatar una determinada forma preestablecida por el legislador. Estas formas preestablecidas funcionan como un elemento de todo acto procesal y materializan la manera en la tienen que exteriorizarse los actos procesales”. Teniendo en cuenta que el demandado no compareció, no contestó demanda ni ofreció prueba alguna, esta perspectiva práctica permitió efectivizar el acto procesal de la notificación y por tanto ponderar el derecho en juego por sobre la dilación procesal.